La corrupción en la estatal industria petrolera de Venezuela, denunciada por el propio gobierno y con exministros y altos gerentes tras las rejas, es la más reciente evidencia de que, en el país con las mayores reservas de petróleo en el planeta, el sector del que depende su economía se está desmoronando.
La primera baja “está en la producción de crudo, una merma de un millón de barriles (de 159 litros) por día”, señaló el docente universitario Luis Oliveros, pues en diciembre de 2013 se produjeron 2 894 000 barriles diarios contra 1 837 000 en noviembre de 2017, ( cifras de la Organización de Países Exportadores de Petróleo,OPEP).
En 2018 la producción podría disminuir otros 250 000 barriles por día, al ritmo actual, y Venezuela, cofundador de la OPEP en 1960, cuando era el mayor exportador mundial de crudo, se convierte en un actor casi irrelevante en el mercado global, apuntó Oliveros, especialista en economía.
Ello a pesar de que tiene el mayor depósito conocido de hidrocarburos líquidos, la sudoriental Faja Petrolífera del Orinoco, de 55 000 kilómetros cuadrados bajo los que habría 1,4 billones (millones de millones) de barriles de crudos extrapesados, de los cuales Venezuela considera reservas probadas 270 000 millones de barriles.
El petróleo es casi el único producto de exportación, la fuente de 95 % de los ingresos de divisas, y a mediados de esta década representaba más de 20 % del producto interno bruto. La mayor parte del negocio está en manos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que tiene algunas asociaciones con trasnacionales.
El presidente Nicolás Maduro lanzó una purga el 28 de noviembre dentro de PDVSA, en medio de la madeja de denuncias e investigaciones de corrupción, y pidió a los nuevos mandos, encabezados por un general que debuta en la industria que trabajen para elevar la producción en un millón de barriles por día. Un objetivo inmediato sería cubrir la cuota de la OPEP para 2017-2018, que alcanza a 1 970 000 barriles por día, planteó el asesor presidencial Alí Rodríguez.
“Solo para sostener la actual producción de 1,85 millones de barriles por día -no hablemos de incrementarla- se requiere inyectar a la industria entre USD 4 000 y 5 000 millones, y la evidencia es que ese dinero no está allí”, dijo Alberto Cisneros, presidente de la firma de asesoría petrolera Global Business Consultants.
Con su economía dislocada por una inflación de cuatro dígitos, control cambiario con varias paridades para una moneda que se deprecia a diario, escasez de alimentos, medicinas e insumos esenciales y una deuda externa de más de USD 100 000 millones, Venezuela no dispone de recursos suficientes para inyectarle a la industria.
En ese entorno, la actividad petrolera “se resiente además por problemas de gerencia desde que PDVSA en 2003, tras una huelga contra el gobierno, despidió a 18 000 empleados, la mitad de su plantilla”. Además la corrupción quedó espectacularmente visibilizada en este diciembre.