Conseslus Kipruto, de Kenia, celebra tras los 3000m obstáculos en Río 2016. Foto: Srdjan Suki/ EFE
Los niños keniatas corren entre 5 y 10 kilómetros diarios para llegar a la escuela durante su niñez. Algunos recorren los bosques para cazar animales. Así, desde pequeños, realizan un ‘entrenamiento puro’.
Lo explica Freddy Moposita, entrenador de tres atletas africanos que se entrenan en Quito para competencias como la Últimas Noticias 15K. Para el ecuatoriano, la preparación de los atletas de África Oriental (keniatas y etíopes) es una razón para que dominen las pruebas de mediana y larga distancias, en los Juegos Olímpicos de Río.
Kenia suma ocho medallas en Río, mientras que Etiopía acumula cinco. Con esto, dominan las pruebas de obstáculos, semifondo y fondo.
La última presea de oro la alcanzó ayer el keniata Conseslus Kipruto. A sus 21 años, ya es un peso pesado entre el pelotón de los africanos. En su debut en unos Olímpicos -ayer en Río- alcanzó el oro en los 3 000 metros obstáculos batiendo el récord olímpico con (08:03,28).
Su registro le permitió destronar a su compatriota Ezekiel Kemboi, quien se quedó con bronce y ganó oro en Londres 2012 y en los últimos cuatro mundiales. El resultado aceleró la decisión de Kemboi de retirarse del alto rendimiento.
En Río, Kenia también ha alcanzado el oro con Faith Kipyegon (en
1 500 metros femenino), Jemina Jelagat Sumsong (Maratón femenino), David Rudisha (800 metros masculino). La condición física de estos atletas de piernas largas y esbeltas es otra de las razones de sus éxitos, apuntó Andy Galbraith, profesor de la Universidad del Este de Londres, en el portal The Conversation.
“Esta introducción temprana al entrenamiento de resistencia (de los africanos) no parece surtir resultados en una mayor capacidad aeróbica en los corredores de distancia europeos”, explicó el británico.
Otro factor que explica la superioridad de los africanos son los lugares en los que se preparan. Ellos –desde niños- se entrenan en regiones como Eldoret y Addis Ababa, a más de 2 400 metros sobre el nivel del mar.
“Ellos (los africanos) no nacieron para correr, pero les toca”, explica Moposita, quien dirige a los keniatas Virluke Kirkorir y Francis Jerop y del tanzano Julius Idabudaig.
Tras su preparación ‘natural’, los más destacados ingresan a campamentos de entrenamiento por dos años. Posteriormente, son observados por ‘mánagers’, quienes los llevan a las grandes competencias.