Petita Palma recibió nuevo reconocimiento

Palma es una cantora de la música afroesmeraldeña y una de las voces sobresalientes del folclor afro, a la que se le atribuye haber dado a conocer la cultura negra en el ámbito internacional.

Palma es una cantora de la música afroesmeraldeña y una de las voces sobresalientes del folclor afro, a la que se le atribuye haber dado a conocer la cultura negra en el ámbito internacional.

Palma es una cantora de la música afroesmeraldeña y una de las voces sobresalientes del folclor afro, a la que se le atribuye haber dado a conocer la cultura negra en el ámbito internacional.

La Embajada de Ecuador en Nigeria (África) cuenta con una sala de prensa que lleva el nombre de Petita Palma, para el uso de los periodistas que cubren noticias sobre temas internacionales y africanos.

Palma es una cantora de la música afroesmeraldeña y una de las voces sobresalientes del folclor afro, a la que se le atribuye haber dado a conocer la cultura negra en el ámbito internacional.
Son más de 60 años dedicados a la enseñanza y formación de las nuevas generaciones en temas culturales, lo que ha motivado un reconocimiento como el que hizo en el septiembre de 2016 la embajada de Ecuador en Nigeria.

Sus canciones y su danza tradicional han servido de modelo para otras organizaciones folclóricas que nacieron en la casa de Palma, donde se conservan viejas fotos sobre el inicio de la marimba en la ciudad.

En la sala de prensa se ha colocado un cuadro con la foto de la artista esmeraldeña y parte de su trayectoria en el rescate de la música ancestral.

El nombre de la folclorista esmeraldeña fue puesto por la larga trayectoria en el rescate y difusión de la cultura afroesmeraldeña, se explica mediante un documento entregado por el embajador de Ecuador en Nigeria, Leopoldo Rovayo Verdesoto.

El recorrido de Palma se remonta a 1946, cuando llegó de la zona norte de la provincia a la ciudad de Esmeraldas. Ahí concentró su esfuerzo en la creación y organización de las escuelas de marimba, hasta llegar a conformar 13 agrupaciones.

Una de ellas es Jolgorio Internacional con 48 años de trayectoria, pues sus primeros miembros nacieron en esa agrupación, hasta constituirse en una gran familia, liderada por Santiago Mosquera.

A pesar de sus 90 años, Petita Palma quiere seguir aportando a la cultura. Tiene una mente lúcida y se dedica a escribir versos mientras evoca aquellos tiempos cuando danzaban en las calles de tierra, en medio del jolgorio musical.

De la mamo de su hijo Alberto Castillo, un músico percusionista, trabajan en el proyecto denominado Memoria de mis ancestros, como una propuesta cultural que comprende la enseñanza del folclor.

Para la ejecución del proyecto, que se iniciará en julio de este año, se han considerado dos sectores de la ciudad. Estos son la isla Luis Vargas Torres y La Tolita, en el centro y sur de la ciudad, por ser zonas donde se han encontrado talentos para música y danza.

Durante seis meses se enseñará danza, canto ancestral y percusión, con los maestros del grupo Tierra Caliente, perteneciente a Palma, encargada de dirigir cada detalle para la formación de 120 niños.

Para financiar esta actividad, la cantora esmeraldeña donará seis meses de su pensión vitalicia, para el fomento de la cultura, con la finalidad de que de allí en adelante sea el Ministerio de Cultura quien continúe con el proyecto.

Mientras dure la formación estará encargada de contar sus vivencias, como lo hacían sus ancestros en los portales de las casas de madera de su natal Corondelet, en San Lorenzo, por los años 40.

“Contaré mis historias y cómo fue creciendo el amor por la música tradicional y quiénes luego se sumaron a un proyecto cultural que nos hizo mostrar a Esmeraldas al resto del mundo”, comenta.

Escritores afros como Juan Montaño cree que el reconocimiento a la figura de Petita Palmas es una forma de motivar el trabajo de una mujer que a sus 90 año sigue pensando en hacer versos y cantar a sus ancestros.

Uno de los pedidos de las organizaciones afroesmeraldeñas es el reconocimiento al aporte cultural de muchos esmeraldeños que han quedado invisibilizados pese a su trabajo en la cultura, indica Mary Quiñónez, de la Red de Mujeres Afros y Diversas de Esmeraldas.

Ella cree que debe darse un espacio para la creación de una galería en el centro de la ciudad, en la que aparezcan todos los cultores de la música tradicional de la provincia, como Remberto Escobar, Escolástico Solís, Guillermo Ayoví, Petita Palma, entre otros.

El grupo de Antropólogos afros de Esmeraldas, presidido por Adison Güisamano, ha propuesto que se adecúe un área en el centro de la ciudad, para mostrar y difundir a los artistas del folclor, como se ha realizado con Petita en África. La idea es hacerlo con el Municipio de Esmeraldas.

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