Miradas caninas recogidas en las zonas rurales

Este can de Catzuqui de Velasco reemplazó sus ladridos con unas miradas. Foto: Diego Pallero

Este can de Catzuqui de Velasco reemplazó sus ladridos con unas miradas. Foto: Diego Pallero

Un perro mojado se acerca a saludar, al cruzar la carretera que conduce a la laguna volcánica de Quilotoa, en la parroquia de Zumbahua, en la provincia de Cotopaxi. Foto: Diego Pallero

Unos ladran y se ponen alerta ante el intruso; otros, en cambio, llegan silenciosos, a la espera de un poco de afecto o de comida. Algunos aparecen porque ven amenazada su morada y despiertan su instinto de conservación. Otros aparecen de la nada, jugueteando a veces, como un momento más de su vida en la calle.

Esas fueron las primeras reacciones de los perros retratados en varias zonas rurales del país. Para lograr estas fotografías, fue necesario tener paciencia y esperar, cámara en mano, quieto y silencioso, para captar la reacción de estos canes ante un desconocido.

La desconfianza ante el intruso poco a poco desaparece y se inicia una silenciosa relación amistosa, mediada por esa mirada capturada en el lente de la cámara. Los ladridos se detienen, algunos bajan sus orejas y recogen la cola; otros detienen su juego, se sientan atentos y se concentran en el fotógrafo.

Aquí una selección de una serie de retratos realizados en 2017 y las primeras semanas del 2018. Las imágenes fueron logradas en Zumbahua, en la Sierra; en la zona fronteriza de Limones, en la Costa Norte; en el noroccidente de Pichincha y en otras regiones del país, en medio de varias coberturas periodísticas.

Este can de Catzuqui de Velasco reemplazó sus ladridos con unas miradas. Foto: Diego Pallero

Un curioso can de Limones, provincia de Esmeraldas, se acerca al fotógrafo. Foto: Diego Pallero

Un amigable perro da la bienvenida a una finca en San Miguel de los Bancos. Foto: Diego Pallero

Aunque permitió que se lo retratara, este can de Tena desconfía aún del fotógrafo. Foto: Diego Pallero

Un perro de Puerto Quito posa tranquilo sobre las calles céntricas de la urbe. Foto: Diego Pallero

Un perro del barrio La Roldós, norte de Quito, mientras paseaba por el parque. Foto: Diego Pallero

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