En el museo se expone una variedad de conchas y caracoles, que en la época precolombina eran considerados dioses. Foto: Katherine Delgado para EL COMERCIO
El museo Pacocha Dr. José Reyes Cedeño está rodeado de montañas y mar. Se encuentra en un pequeño poblado llamado Pacoche, en la parroquia Santa Marianita del cantón Manta, Manabí.
En esa zona, habitada por unas 300 personas, se han encontrado vestigios de las culturas Manteña, Jama y Bahía. Esos hallazgos motivaron a que se firmara un convenio entre la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam), la Junta Parroquial de Santa Marianita y el Municipio de Manta para construir un museo, en el que se exponen las piezas arqueológicas y etnográficas, encontradas por los comuneros del lugar.
En Pacocha se exhiben unas 500 piezas que fueron ubicadas en las cinco galerías y en las que se puede observar las tradiciones y el arte de las culturas precolombinas y también conocer cómo vivieron los cholos y montuvios de la zona hace más de 250 años.
En la primera galería fueron ubicadas unas 360 piezas de barro, arcilla, figuras precolombinas y arte metalúrgico, de filiación manteña.
Esos artefactos antes se exponían en el museo de la Uleam, pero debido a los daños que sufrió esa infraestructura en el terremoto se decidió trasladarlos hasta Pacoche, de donde eran originarios.
Según la guía Yomaly Reyes, una de las piezas arqueológicas más grandes es una vasija fúnebre, en la que los manteños enterraban a sus muertos. “Los colocaban en posición fetal y luego depositaban ahí sus joyas y objetos preciados”.
En la segunda y tercera galería, en cambio, se exponen 120 artefactos etnográficos, que cuentan las tradiciones de los cholos y montuvios manabitas. Se pueden observar las primeras herramientas para la cacería, que datan de más de 250 años. Esos utensilios como la atarraya aún se utilizan.
El comunero José Zambrano señala que el museo muestra la cultura de sus antepasados montuvios. “Lo que más me gustó fue una pequeña casa de madera que se expone en la galería del Manta rural porque es igual a la que tenía mi abuela en El Aromo y que se derrumbó en el terremoto”.
El guía Kelvin Pérez dice que los turistas nacionales se impactan con las figuras arqueológicas porque pertenecen a la época precolombina. Pero los manabitas prefieren observar las hamacas, los anzuelos, sombreros de paja toquilla, entre otros. “El terremoto despertó en los manabitas el sentido de pertenencia porque perdimos muchas reliquias y verlas en un museo aflora nuestros sentimientos”.
En la cuarta y quinta galería se hace un homenaje a Eloy Alfaro. Ahí se muestran objetos personales del expresidente como un reloj y cartas.
También se hace una reseña del ferrocarril y la arqueología industrial, con productos de inicios del siglo XX, como planchas y tocadiscos.