La ballena Âjorobada es un animal que salta con fuerza sobre la superficie
marina. Foto: AFP
Las organizaciones ecologistas designaron un espacio en la agenda para concienciar a la población sobre la situación de las ballenas. Febrero es el perÃodo escogido para conocer, recordar y cuidar a este mamÃfero acuático.
Las ballenas se encuentran en la parte superior de la cadena alimenticia y tienen un papel importante en la salud general del medio marino. Seis especies están clasificadas en peligro, incluso después de décadas de protección.
Estos mamÃferos tienen varias singularidades que los hacen únicos, desde que son los mamÃferos más grandes del mundo, que viven entre 70 y 150 años, que emiten sonidos singulares para comunicarse hasta que tienen una crÃa cada dos a seis años, entre otras.
No se puede determinar la población mundial de este mamÃfero acuático, el más grande del mundo, pero se han contabilizado 30 especies, según datos de la Administración Nacional de Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Una de las soluciones para que esta especie no desaparezca, aparte de la erradicación de la caza, es la no contaminación de los océanos y la creación de santuarios o zonas protegidas. Organizaciones como Greenpeace, World Wilde Fund (WWF), National Geographic, entre otras, trabajan para la conservación de estos grandes mamÃferos.
A estas se suma la Comisión Ballenera Internacional (CBI), organismo que establece los lÃmites de captura para la caza con el fin de subsistencia comercial y aborigen. Debido a la pesca sin control y a la baja poblacional de estos cetáceos, en 1982 se puso fin a la caza comercial; la CBI solo permite la captura con fines cientÃficos.
La Comisión está conformada por 89 paÃses miembros. Dentro de estas naciones existen dos posturas: los que buscan proteger y conservar a los cetáceos y los otros, que promueven la caza controlada para uso comercial, como son Noruega, Islandia y Japón.
Los tres paÃses se amparan en objeciones a la moratoria (Noruega) o en programas de caza cientÃfica (Japón e Islandia) según la WWF.
Existen otras amenazas patentes para estos mamÃferos: la contaminación, la destrucción de su hábitat y, además, el cambio climático.
Algunos cientÃficos investigaron la evolución de estos cetáceos y deducen que no siempre fueron animales marinos. La ciencia demostró que descienden de un animal terrestre con cuatro extremidades.
Las pruebas más recientes demuestran que evolucionaron a partir de miembros del orden artiodáctilos, el mismo que incluye vacas, antÃlopes, ciervos, cerdos e hipopótas.mo