Un estudio plantea que el cinturón de asteroides estuvo vacío en sus orígenes

Raymond e Izidoro concluyeron que el cinturón es, en realidad, un receptáculo donde se acumula la materia que vaga por el espacio producida como consecuencia de la creación de los distintos planetas que forman nuestro sistema solar.

Raymond e Izidoro concluyeron que el cinturón es, en realidad, un receptáculo donde se acumula la materia que vaga por el espacio producida como consecuencia de la creación de los distintos planetas que forman nuestro sistema solar.

Raymond e Izidoro concluyeron que el cinturón es, en realidad, un receptáculo donde se acumula la materia que vaga por el espacio producida como consecuencia de la creación de los distintos planetas que forman nuestro sistema solar. Foto: NASA

El cinturón de asteroides pudo estar completamente vacío en sus orígenes, hace unos 4 565 millones de años, y su formación se debería a la acumulación de planetoides desprendidos de los diversos astros que conforman el Sistema Solar, según un estudio publicado este miércoles 13 de septiembre de 2017 por la revista Science Advances.

La teoría, desarrollada por el estadounidense Sean Raymond y el brasileño André Izidoro y que fue divulgada este miércoles por esta prestigiosa revista científica, viene a rebatir las teorías más extendidas hasta la fecha que parten de una premisa diametralmente opuesta.

"Los modelos de formación del Sistema Solar tradicionalmente asumen que la región del cinturón de asteroides tuvo una enorme cantidad de masa, que fue desapareciendo debido a diversos procesos. Nuestro modelo presume algo muy diferente", afirmó a EFE Izidoro, investigador asociado de la Universidad del Estado de Sao Paulo (Unesp).

De acuerdo con los resultados de su investigación, Raymond e Izidoro concluyeron que el cinturón es, en realidad, un receptáculo donde se acumula la materia que vaga por el espacio producida como consecuencia de la creación de los distintos planetas que forman nuestro sistema solar.

La premisa sobre la que trabajaron los investigadores surgió a raíz de la publicación, en 2006, de un artículo en la revista Nature cuyo autor, Bill Bottke, científico del Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI, por sus siglas en inglés) de Texas, afirmaba que el proceso de formación de planetas podía estar detrás de la presencia de diversos asteroides metálicos en el cinturón.

"¿Y si el cinturón de asteroides estaba originalmente vacío, sería posible poblarlo?", esa fue la duda que le surgió a Raymond y que, años más tarde, le planteó a Izidoro, a quien supervisaba su postdoctorado en la Universidad de Burdeos.

El cinturón se encuentra entre Marte y Mercurio y se extiende por una distancia aproximada de 1,4 Unidades Astronómicas (UA), que es la distancia que separa a la Tierra del Sol, equivalente a unos 150 millones de kilómetros.

Izidoro reconoció que, en un principio, eran escépticos respecto a la posibilidad de que la llegada aleatoria de asteroides que se desplazaban por el espacio fuera el origen del cinturón. Sin embargo, tras la realización de varios cientos de simulaciones, algunas de las cuales tardaban meses en llevarse a cabo, llegaron a una conclusión que podía explicar la distribución orbital y de la masa presente en el cinturón de asteroides.

Sus simulaciones, recalcó Izidoro, tuvieron en cuenta tanto la influencia gravitatoria "de los planetas, los asteroides y el Sol", como el efecto de la acreción de gases presentes alrededor de la estrella.

"Este efecto es importante porque ayuda a implantar asteroides, principalmente aquellos ricos en agua, en el cinturón", aclara el investigador brasileño, quien explicó que "las moléculas de esos gases, al chocar contra un asteroide, actuarían de freno".

Asimismo, reprodujeron la separación entre asteroides de tipo S, que son los que abundan en el interior del cinturón, y los de tipo C, presentes en la parte exterior del mismo, para observar cómo se podrían desplazar por el cinturón los nuevos planetoides según iban llegando.

Para Izidoro, la principal importancia de este estudio, que contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación francesa y de la Fundación de Protección a la Investigación del Estado de Sao Paulo, reside en el hecho de que "ayuda a comprender mejor la formación del Sistema Solar".

"En este trabajo proponemos un modelo para explicar cómo se pudo formar la parte interior de nuestro sistema solar, que es donde se encuentran los planetas terrestres (Mercurio, Venus, Marte y la Tierra", concluyó Izidoro.

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