Linda Arias, del Frente Nacional por la Familia Ecuador. Foto: Captura
La convocatoria a la marcha del 14 de octubre del 2017 bajo el lema ‘Con Mis Hijos No Te Metas’ fue el origen de una demanda judicial, con medidas cautelares, en contra del presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Eugenio Arellano; de monseñor Luis Cabrera; de monseñor René Coba, y de los pastores Fernando Lay, Freddy Guerrero y Jimmy Cornejo.
El Frente Nacional por la Familia Ecuador lo informó este martes 17 de octubre del 2017 en rueda de prensa, en un hotel del norte de Quito. Esa demanda ingresó a una unidad judicial de Quito, que tramita el caso. Según el grupo, también hay acciones en contra de colegios y religiosos.
El 14 de octubre se realizó en Quito una marcha contra enunciados de género en los proyectos de Ley para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer y del Código Orgánico de la Salud. Foto: Valeria Heredia/ EL COMERCIO.
El Frente dijo el martes 17 que se han enviado cartas al presidente Lenín Moreno, a ministros y asambleístas para plantear sus inquietudes en torno al manejo del enfoque de género en propuestas de normativas, y que ninguno ha conversado con este grupo. Asimismo, aseguró que a la marcha del 14 de octubre asistieron un millón de personas, en 26 ciudades.
En este marco EL COMERCIO entrevistó a Linda Arias, del Frente Nacional por la Familia Ecuador.
¿Cuáles fueron los objetivos de la marcha del 14 de octubre?
El objetivo primario es la reivindicación de los derechos de los padres a ser los educadores en áreas trascendentales como es la sexualidad de nuestros hijos, niñas, niños y adolescentes.
Nos hemos visto obligados a hacer esto por la transversalidad que existe del enfoque de género en todas las áreas de desarrollo de nuestros niños. Lo que ha hecho que nuestros niños puedan creer que lo que manifiesta el enfoque de género, la identidad de género que es un vacío personal en un proceso de la vida. Hace que nuestras nuevas generaciones se sientan inseguras, den prioridad al tema sexualidad.
No es un tema de política, pero sí de tutelar las políticas públicas que se están aplicando en el país.
¿Por qué piden las renuncias de los ministros de Educación y de Salud?
Yo me permito cuestionar: ¿Cree que ha habido la tutela suficiente de los intereses de los niños en el contenido de la educación? ¿Cree que la ciudadanía está de acuerdo con cómo se está manejando la educación, especialmente en el tema de derechos sexuales? No, porque todo lo han hecho por lo bajo. Y esa sí es responsabilidad de los ministros. Yo haría un estudio de investigación para preguntar a las jóvenes maternas mayores de edad, si ellas les darían a sus hijos anticonceptivos, dañarles su sistema reproductor. Ahí creo que falla el Ministerio de Salud. Se les habla de cómo tener relaciones sexuales antes de hablarles de todo lo que una relación sexual puede traer. Las infecciones de transmisión sexual son ahora una plaga en los jóvenes. Sería bueno que el Ministerio se ocupe de eso. Con esa prueba decirles a los estudiantes, varones y mujeres ahí viene la equidad, los riesgos que corren cuando no tiene cuidado sobre el manejo de su cuerpo.
Se les ha acusado de odio.
Hay una táctica que en política se llama hacerse sentir agredido para visualizarse. En medios de comunicación hemos visto que los han conseguido. Pareciera que hace más noticia una persona que es transgredida, que tiene una orientación sexual al tema de los niños.
La semana pasada se descubrió que varios niños fueron abusados sexualmente en una escuela. ¿Eso llena páginas? Tenemos que ser los padres y quienes apoyamos a la familia sosteniendo y soportando cosas como esa para que se investiguen, se castigue, para que se dé una sentencia ejemplificadora. Para que no sigan creyendo las personas adultas que pueden hacer con nuestros hijos lo que quieran.
En redes sociales circularon imágenes de la marcha. En un cartel se leía un mensaje contra los grupos Glbti. Se los ha acusado de odio.
Todo pacífico. Frente a un millón de personas tú no puedes estar al lado de cada uno. Podría ser que ahí alguien sacó algo, no lo sé, no le he visto. Todo lo contrario, a mi me cautivó un cartel que no sé si lo has visto en redes que dice: “Soy transgénero, no se metan con mis sobrinos”. ¿Por qué? Porque la marcha estaba convocada para todas las personas que quieren tutelar el interés superior de los niños, niñas, adolescentes.
Este es un movimiento cívico, de padres de familia y de abuelos. Personalmente yo estoy porque no se metan con mis nietos.
¿Quienes forman el grupo o participaron en la marcha debían profesar una fe?
Ese fue un mensaje tergiversado. No hubo nadie que esté pidiendo credenciales si eres católico, cristiano. Es una identificación de la problemática que esta ahorita en el medio.
Para nosotros poder identificar todas las cosas que vienen como resultado de las políticas que se están implementando en transversalidad en todas nuestras leyes, nosotros hemos debido aprender, entender y leer esos contextos que nos dicen violencia de género contra las mujeres, en donde obviamente van a entrar las personas transexuales.
Había un artículo que me llamó la atención que decía agresor. El tema de ser varones y mujeres no es un tema que nos debe confrontar. El tema de ser varones y mujeres es un tema de redescubrirnos. Trabajar para potenciarnos y poder con esa potenciación de todas nuestras facultades dar lo mejor para ser un mejor Ecuador.
Con ello no quiero decir que quienes tengan una orientación sexual diversa no puedan dar lo mejor para el Ecuador. No para nada. Solamente que con guerra no se gana. Se tomaron la lucha de esta marcha. Era para la Asamblea, para el Presidente; no para los grupos Glbti.
Se les acusó de no querer una ley de violencia contra la mujer. ¿Cuál es su postura?
Nosotros simplemente no queremos violencia. Desde que se empezó a desestructurar y romper la familia, desde lo legal inclusive. A mí me duele cuando cojo las estadísticas, las noticias y veo que hay más divorcios que matrimonios, cuando se piensa que las familias pueden ser lo que quiera.
Cada año tenemos más embarazos adolescentes. ¿Por qué? Porque les hablamos de cómo poner un preservativo a un pene y no les hablamos de hacer un proyecto de vida. Les damos mucha información sobre un aspecto que debería ser más manejado adelante.
¿Qué tipo de educación sexual es la que piden?
Queremos una educación sexual que tenga fundamento científico; que no les invite a ser homofóbicos de ellos mismos. Porque ¿quiénes son homofóbicos? Quienes reniegan de su propia naturaleza más que el que te tacha. No estamos en el mundo para ver al otro.
Queremos que a los niños se les de una educación sexual acorde a su edad, acorde a lo que deben saber en ese momento, y con la intensidad necesaria y sufiente para que puedan tener claro qué es mejor: Saber cómo se siente tener relaciones sexuales de intimidad o saber tener sentido crítico de la lectura de los libros, por ejemplo.
Lo que tenemos que hacer es encausar a nuestros niños para potencializar sus facultades frente a un desarrollo personal coherente y que su personalidad sea formada de acuerdo al momento en el que están. Después de eso, si hay personas que llegan a los 18 años y sienten atraídas por el mismo sexo, cada uno hace ejercicio de sus propios derechos.