En la Segunda Guerra Mundial, un grupo de pilotos especiales de la Armada Imperial Japonesa ejecutaba ataques suicidas para frenar el avance de los aliados. Los traductores estadounidenses —erróneamente— los llamaron kamikaze. El término ha perdurado y, aunque se dice que no tiene mucho rigor a la etimología nipona, se utiliza para generar la imagen de una persona que utiliza su cuerpo para atacar y destruir.
En los primeros minutos de la película ‘Civil War’ o ‘Guerra Civil’ hay una acción con un kamikaze que porta una bandera parecida a la de Estados Unidos. Mata a civiles y uniformados y las imágenes que deja la explosión son las que seguramente se ven en un conflicto bélico. Poco antes, se veían las calles de una Nueva York destruida con su gente rogando por agua.
La guerra deja huellas
Cuando la kamikaze corre hacia una manifestación, la experimentada fotógrafa de guerra Lee Smith reconoce lo que sucederá y protege, tras de un auto, a Jessie Cullen, una joven aprendiz de fotografía. Tras el desastre, se ven las imágenes —estáticas— de la destrucción.
Lee y Jessie fotografían cómo militares se acercan a ver a sus muertos, cómo los vecinos lloran a sus víctimas. La guerra es igual en Estados Unidos, en la ficción o en la realidad, en cualquier lugar donde existe: la muerte es cruel.
El director Alex Garland decidió hacer esta película “antibélica” como él lo ha dicho desde el punto de vista de un grupo de periodistas. Lo hace en un ‘roadmovie’ o película de carretera para mostrar a los Estados Unidos destruido. A esa nación, que como propaganda, regularmente emite al mundo sus carreteras vivas de autos y sus rascacielos activos.
El viaje en medio de la guerra civil
La travesía empieza en Nueva York. Los reporteros de guerra deben viajar porque Joel (Wagner Moura) debe entrevistar al presidente de EE.UU. en medio de su enfrentamiento con los estados de California y Texas. El Gobierno federal va, entre otras cosas, por su tercer mandato y ha desmantelado el FBI. Se siente que es un gobierno nacionalista, populista, que apunta a algún extremo para ganar seguidores (nacionalistas).
El equipo periodístico recoge los hechos desde su punto de vista, desde el punto de vista de las víctimas; de los que mueren o de los afectados por las decisiones de los que deciden enfrentarse o la simbología de lo que significa “ser neutral” como si la guerra no sucediera, como si Estados Unidos estuviera lejos de los conflictos cuando está inmerso en ellos.
Kirsten Dunst interpreta a Lee Miller, una curtida fotógrafa que ha visto que la guerra saca lo peor de cualquier ser humano. Y, aunque, las fotografías son solo un instante eterno de una desgracia, detrás de la lente queda un alma quebrada como un vidrio por el dolor. Las imágenes se acumulan en el cuerpo y en la mente y, si bien, los periodistas tratan de reflejar los hechos; la realidad es cruel para alejarse de la crueldad.
El director utiliza muy bien los simbolismos de Estados Unidos, aquellos que son parte de su nación. La misma bandera con dos estrellas o las carreteras destruidas son solo un punto de inicio. Pero también lleva al espectador al debate político de cómo sus pequeños pueblos rurales evitan enrolarse en la vida política de un Estados Unidos político y conflictivo. Todo mezclado con un juego de silencios, imágenes estáticas, retratos, música y adrenalina que hacen que se piense cómo es estado moderno de Occidente en una guerra civil de tercer mundo.
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‘Civil War’
Director: Alex Garland
Reparto: Kirstem Dunst, Cailee Spaeny, Wagner Moura
Año: 2024
Plataforma: En cines
Calificación: Muy buena