17 000 años de belleza y misterio del Universo

Imagen de la NASA de una aurora boreal vista desde fuera de la Tierra, que recoge el libro 'Universo: Explorando el mundo astronómico'. Foto: EFE

Imagen de la NASA de una aurora boreal vista desde fuera de la Tierra, que recoge el libro 'Universo: Explorando el mundo astronómico'. Foto: EFE

Imagen de la NASA de una aurora boreal vista desde fuera de la Tierra, que recoge el libro 'Universo: Explorando el mundo astronómico'. Foto: EFE

El Universo es motivo de curiosidad e inspiración artística desde hace, al menos, 17 000 años cuando los humanos que vivían en la cueva de Lascaux (Francia) pintaron en la Sala de los Toros un conjunto de puntos cuya posición recuerda al cúmulo estelar de las Pléyades.

Esa sería una de las primeras representaciones conocidas de la fascinación que siente el ser humano al mirar al cielo, ya sea con ojos de científico o de artista, disciplinas que guardan una estrecha relación cuando del Cosmos se trata, como muestra el libro 'Universo: Explorando el mundo astronómico' (Phaidon), que se publica este 9 de noviembre del 2017.

A lo largo de 300 imágenes de impecable factura, el libro muestra cómo han documentado los seres humanos la belleza y el misterio del Universo. Desde pinturas rupestres y manuscritos medievales hasta arte contemporáneo o las últimas imágenes captadas por el telescopio espacial Hubble.

Un viaje que no es lineal, pues las imágenes se muestran emparejadas para "destacar las comparaciones y contrastes interesantes basados en el tema, la antig edad, la finalidad, el origen o la apariencia", explica la editorial.

Así, la sobriedad de la piedra Tal Qadi, encontrada en Malta y que, datada entre 3 000 y 2 500 aC, se considera uno de los primeros mapas astrológicos, se contrapone a las formas en negro y rojo de Joan Miró y su 'Constelación. Hacia el arco iris' (1941).

La famosa fotografía de la huella de la bota de un astronauta en la superficie lunar se empareja con la representación de arte pop de Andy Warhol del astronauta Buzz Aldrin en la Luna, y un dibujo del siglo XVI del Universo contrasta con una imagen digital del XXI de la estructura subyacente del Cosmos.

'Universo' analiza "nuestra respuesta al Cosmos en todos los niveles, desde el espíritu de la investigación científica, que ha revelado poco a poco la estructura subyacente del Universo, hasta el misticismo religioso, que veía el cielo como el reino de uno o más dioses", escribe en el prólogo Paul Murdin, del Instituto de Astronomía en Cambridge.

Un diagrama cosmológico hindú, pintado en acuarela con una minuciosidad preciosista entre 1750 y 1850, se contrapone a un manuscrito sobre pergamino del Liber Divinorum Operum, en una copia del siglo XIII, que ofrece una visión mística del Cosmos.

Y el selfie que se tomó el vehículo espacial Curiosity en Marte en 2015 contrasta con las figuras de divinidades de los planetas y las constelaciones chinas en una obra del siglo XVI.

"El espacio ha fascinado desde siempre a científicos, astrónomos y artistas visuales y sigue siendo un tema recurrente en nuestra sociedad y nuestra cultura. Muchas de las imágenes demuestran que, aunque avance la investigación astronómica, la estrecha relación entre ciencia y arte continúa siendo tan fuerte como lo ha sido durante los últimos 17 000 años", señala el astrónomo.

El Zodiaco de Dendera (50 aC) del antiguo Egipto; un planisferio Neoasirio (650 aC); una piedra del sol Inca (1250-1521); los dibujos de las fases de la Luna realizados por Galileo Galilei (1690) o un manuscrito astronómico-astrológico birmano (s. XIX) van guiando al lector por los siglos.

Imágenes que conviven y dialogan con las últimas tomadas en 2016 por la sonda Rosetta antes de estrellarse contra el cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, o las obras de artistas como Kiki Smith, Lita Alburquenque y Michelle Stuart, sin faltar las espectaculares imágenes del Universo hechas famosas por el telescopio Hubble, entre ellas 'Los pilares de la creación'.

'Universo' añade una cronología astronómica de 13 800 millones de años. Desde el Big Bang hasta el descubrimiento, el pasado febrero, de TRAPPIST-1, un sistema solar a solo 40 años luz de la Tierra, que alberga siete planetas de masa similar al nuestro, tres de ellos en la zona habitable de su estrella.

El ser humano tiene -recuerda Murdin- "una relación estrecha con el Cosmos (...) El carbono y el oxígeno de nuestro cuerpo, el hierro de la sangre y el fósforo y el sodio de las células cerebrales se formaron en la generación de estrellas que precedió al nacimiento del Sol. Los humanos somos, literal y esencialmente, materia estelar".

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