Es muy difícil, dadas las circunstancias políticas y el expreso apoyo militar al gobierno del presidente Nicolás Maduro que la Asamblea Constituyente no se realice, así como sucedió con la Consulta Popular convocada desde la función legislativa. Siempre será complejo comprender como fue posible que los constituyentes venezolanos, que aprobaron la constitución de 1999. hayan abierto dos vías y no como en la del Ecuador del 2008. En este caso, la convocatoria constituyente solo procede previa una consulta popular. La iniciativa la podrá tener el presidente de la República, una votación calificada de la Asamblea Nacional o una parte del electorado inscrito; pero la voz definitiva la tiene el pueblo.
Sin embargo, en el caso venezolano más importante que la Asamblea Constituyente convocada para el domingo, son sus efectos, ya que si se aprueba es posible que coexistan dos estructuras de Estado. La formada en época del chavismo y la que podrá surgir en los próximos días con un vicio muy grave, pues nacerá sin el voto universal. En la convocatoria de Maduro solo el 50 % es por el voto popular, directo y universal. El otro 50 % corresponde a grupos seccionales y territoriales que se asemejan al corporativismo italiano de Mussolini o al del español de Francisco Franco.
En estas condiciones, de no existir un acuerdo nacional- pero post Constituyente, habrá una estructura plena en su representatividad según la constitución de 1999, y otra por un voto universal del 50 %. En consecuencia, este panorama dual no es la culminación de los enfrentamientos con muchas víctimas civiles y enormes daños económicos y sociales en una sociedad, a su vez, desabastecida de productos vitales.
El escenario internacional se inclina de manera unánime a una negociación política que evite que la hoguera de la confrontación crezca de manera impredecible y aunque solo exista un ejército por un lado los límites de la resistencia civil podrían desbordarse por las circunstancias y falta de un horizonte político pacífico.
Algunas luces se prenden en el campo de la mediación. La liberación de Leopoldo López fue producto de una presencia internacional con un ex mandatario de España y ex presidentes de Panamá y República Dominicana; el mensaje del Mercosur limitado por la intervención del Frente Amplio de Uruguay y, aunque, no hay reportes del dialogo que sostuvieron Santos y Castro en La Habana, donde además de haber tocado el tema de Colombia. Es difícil que no hayan estudiado propuestas para buscar una salida al conflicto en “Los llanos”.
Venezuela tiene experiencia en acuerdos políticos. El Pacto de Punto Fijo entre adecos, copeyanos y los URD a raíz de la dictadura de Pérez Jiménez es un ejemplo. Conocen que el secreto de la concertación es celebrarla entre contrarios.
Ni Churchill se iba a convertir en comunista, ni Stalin en un demócrata; sin embargo, ambos vencieron a Hitler, lo recuerda el analista Fernando Mires.