En los primeros días del nuevo Gobierno, uno de los mensajes claros de diálogo se expresó frente al tema de los medios.
El Presidente manifestó su pensamiento sobre el papel de los medios privados y fue claro en expresar su respeto por la libertad. Este es un mensaje que deja entrever un talante democrático y tolerante y que puede contribuir a renovar la atmósfera hostil que primó durante todos estos años.
Lenín Moreno dijo que la crítica es una asesoría gratuita que él valora, y solamente pidió un ejercicio respetuoso de ese derecho. Este es otro de los grandes temas sobre el que la opinión pública le toma la palabra.
Los medios de comunicación libres e independientes, y aun aquellos públicos, deben servir a los intereses de toda la comunidad y no a la agenda del poder, deben ser canales abiertos para el contacto entre la sociedad y los mandatarios de turno.
No es la voz de los medios y los periodistas, de los articulistas de opinión la que se ha defendido con un concepto de intereses particulares -como se pretendió pintar en el pasado reciente-, sino el instrumento para que el conglomerado social se exprese y deje oír su voz diversa. Sindicatos y gremios empresariales, colectivos, estudiantes, profesionales y trabajadores; partidos políticos, líderes de todas las tendencias deben tener espacio. En ese contexto, una reforma abierta a la Ley de Comunicación sería un camino sano en busca de una libertad plena.