El líder opositor Leopoldo López se fue a casa. Pero el arresto domiciliario no es, ni mucho menos, su libertad. López deberá completar su larga condena de 13 años y medio de prisión, impuesta en este Régimen represivo, ahora con arresto domiciliario y un brazalete.
López es el más significativo preso político del Gobierno de Nicolás Maduro. Existen otros 100 dirigentes detenidos. Además, en los 100 días de protestas continuas, otras 300 personas -la mayoría estudiantes rebeldes- están privados de su libertad.
El Presidente del Tribunal Supremo de Justicia ordenó el cambio del lugar de arresto de Leopoldo López, adujo razones humanitarias por el estado de salud de López, que se desconoce.
Desde el sábado, la casa de López se ha convertido en un sitio de expresiones solidarias y de libertad. El dirigente de Voluntad Popular estuvo detenido en la prisión de Ramo Verde durante tres años y medio, luego de largas jornadas de protestas contra el Gobierno. Pasó todo tipo de privaciones y maltratos. Su esposa y sus hijos lo veían cuando las autoridades carcelarias lo determinaban a su criterio.
El cambio de situación de López se interpreta como una medida que aligera las presiones que ha recibido el Gobierno de Maduro o una táctica política para presentar otra cara frente al referendo para cambiar la Constitución chavista. Pero la causa de la libertad de López y de otros presos no cesará, ya es la bandera de los hombres libres del mundo.