El mismo día que se conocía la renuncia del Contralor titular, se ventiló el examen de la deuda del Fisco al IESS.
En septiembre, y arguyendo la inexistencia de un reglamento, el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, IESS, dio de baja de sus cuentas los valores adeudados por atenciones médicas de los jubilados. Se dijo que, además que la deuda era ‘inexistente, incuantificable e indeterminada’, además se modificaron procesos tecnológicos.
Ahora la Contraloría determina que la comisión que formaron el IESS y el ministerio de Finanzas no tenía como objetivo determinar si había o no deuda sino definir los valores a pagar, conforme consultas anteriores.
La verdad es que el tema de la deuda del Fisco al IESS no es algo nuevo, se han pedido interpretaciones, se han fijado fórmulas de pago, se han establecido modos de cálculo y el último movimiento de septiembre la borraba de un plumazo. Esa operación tal vez perjudicaba al Seguro Social que es de los afiliados y no del Régimen ni de sus administradores. Aunque la directora defendió la medida como ‘solo un movimiento contable’. No hubo disposición de esos dineros, pero el tema de fondo es que el IESS dio un servicio y el Estado debe pagarle por ello.
No es bueno descapitalizar al IESS, una entidad que si bien cuenta con recursos debe proteger su patrimonio y cobrar las cuentas pendientes para atender sus múltiples servicios que exigen y es derecho los afiliados.