Las unidades de transporte privado masivo que circulan en Quito recibirán compensaciones. Es la decisión que adoptó el Concejo Metropolitano.
Durante ocho meses, la revisión de las tarifas -represadas por años- no ha podido ser tratada, pero los choferes tendrán la compensación.
La otra cara de la moneda está en los usuarios que no reciben un servicio de calidad, que viajan incómodos, en unidades sucias y con problemas de contaminación y seguridad. Cunde el carterismo y el robo de celulares.
El Cabildo de Quito comprometió un proceso de evaluación -premio y castigo- para las unidades y los conductores que no mejoren el trato al cliente.
Pese a la costosa operación que supuso millones de dólares para obtener información útil y la presencia de evaluadores en las unidades, el sistema no mejoró como esperaban los usuarios y las autoridades. El modelo de compensación supondrá el pago de USD 2 000 por unidad en dos meses, si los choferes y el estado de los autos cumplen al menos con el 75% de 29 parámetros.
Abril es la fecha elegida para empezar a pagar las compensaciones, y estos recursos sumarán USD 38 millones durante 18 meses para un total de 2 162 unidades de transporte.
El problema de fondo sigue sin solución. Baja calidad del servicio, inseguridad y choferes beneficiados con dinero de los ciudadanos. ¿Cambiará la situación algún día? ¿El sistema de Metro permitirá una comparación sana?