China y Estados Unidos

El primer viaje de Donald Trump a la República Popular China, luego de una visita del líder chino a Estados Unidos, fue un buen termómetro de la relación de dos grandes potencias de nuestro tiempo.

El eje central de la visita incluye millonarios acuerdos de cooperación en aeronáutica, biotecnología, inteligencia artificial, energía y cooperación industrial, por USD 260 000 millones.

Para el frente interno de Estados Unidos, el tema del déficit de la balanza comercial es origen de suspicacias. Pero no se debe olvidar el rol protagónico de China en la última crisis económica de EE.UU. El resultado de la visita puede ser exhibido por Trump como un logro en política internacional.

Otro tema crucial es aquel de la amenaza nuclear de Corea del Norte. Aunque Trump reconoció lo actuado por China en Naciones Unidas, espera más acción para una solución rápida. China mantiene su discurso de pacificación de la región. Xi Jinping dijo que no puede haber un asunto más importante que la relación de EE.UU. y China, y destacó la cooperación como la única opción viable para la paz, la estabilidad y la prosperidad mundial.

Ese país crece como potencia emergente. El mundo bipolar que colapsó en la Guerra Fría tiene actores significativos en EE.UU. -potencia unipolar por algún tiempo-; Rusia, que conmemoró recién con pompa el aniversario de la revolución bolchevique; la UE y los tigres del Asia. Un mundo complejo que requiere paz y cooperación global.

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