Caterine Ibargüen, saltadora colombiana, obtuvo una de las tres medallas de oro de su país en Río. Foto: EFE
La inversión anual del estado brasileño en el deporte asciende a USD 842 millones. Con esta cifra, el anfitrión de los Juegos Olímpicos es el país latinoamericano que más dinero destina para la preparación de sus deportistas, sus competencias y la infraestructura de escenarios.
De ese monto, USD 311 millones se emplean en el Plan Medallas Brasil, proyecto que se inició en el 2012 con el desafío de que el país termine entre los 10 primeros del medallero de los Juegos Olímpicos (el 20 de agosto, hasta el cierre de esta edición, se ubicaba en el puesto 15).
Con esta inversión, es el país de la región que más medallas suma en el torneo. Su Plan Medallas Brasil incluye el programa Bolsa Podio que destina hasta USD 5 000 mensuales a los atletas con opciones de alcanzar una presea. Una de las beneficiadas es la judoca Rafaela Silva, quien conquistó la medalla de oro. Ella y algunos de sus compatriotas pertenecen a las Fuerzas Armadas por lo que tienen incentivos adicionales.
Venezuela (USD con 248 millones) es el segundo país latino que más inversión deportiva hace en Latinoamérica. Pese a ello, en estos Juegos, sus inversiones no se han traducido en medallas.
El 20 de agosto, la nación sudamericana sumaba tres preseas. Esto pese a que el año pasado, el gobierno aprobó un incremento del 150% de las becas de los atletas y los gastos de los entrenadores, según indicó Pedro Infante, presidente del Instituto Nacional del Deporte, en una entrevista para la agencia DPA. Para los torneos previos a Río 2016, se destinó USD 23,5 millones y 18 millones para los atletas venezolanos.
México también realiza una inversión anual alta (USD 230 millones). Pero solo USD 8,6 millones fueron destinados para las becas de preparación de los deportistas para los Olímpicos y Paralímpicos.
El contraste lo pone Colombia, que muestra un modelo exitoso de gestión para alcanzar preseas olímpicas. El país destina USD 13 millones para la preparación y premiación de sus medallistas.
Así, de tener cero medallas en Atlanta 1996, Colombia ahora suma ocho (tres preseas doradas conseguidas por la bicicrosista Mariana Pajón, la atleta Caterine Ibargüen y el pesista Óscar Figueroa).
Después de ese rendimiento en 1996, el Comité Olímpico Colombiano (COC) junto a Coldeportes elaboró un plan para buscar talentos rastreando las zonas deportivas de mejor rendimiento a través de apoyos económicos de distintas entidades. Con la incorporación de un área técnica, el deportista tuvo seguimiento médico y psicológico que le permitió crecer competitivamente a nivel internacional.
¿Y Ecuador? El país llevó 38 deportistas a Río y no ha logrado ninguna medalla. Con esto, la marca que dejó Jefferson Pérez (dos medallas olímpicas) parece lejana.
Según el ministro del Deporte, Xavier Enderica, en el 2016 se invirtió USD 11,6 millones en los atletas de Río. En tanto, que en cuatro años del ciclo olímpico, la inversión es de USD 41,5 millones. “Contamos con 309 deportistas convencionales y 17 paralímpicos a quienes se les apoya con sueldo y gastos de entrenamiento y participación dentro fuera del país”.
Guillermo Pérez, del Departamento Metodológico, dijo que al final de los Paralímpicos se realizará un análisis del Plan de Alto Rendimiento.