Los concesionarios decidieron apostar por esta actividad y han logrado buenos resultados. Foto: Archivo/ CARBURANDO
En el período de bonanza económica comprendido entre los primeros años de la década anterior y el 2014, el sector automotor ecuatoriano vivió su época dorada. Desde el 2003 las ventas se incrementaron cada año hasta el 2011, cuando se registró el récord histórico de casi 140 000 unidades comercializadas en el país.
El concepto de seminuevos se desarrolló para definir a los usados en óptimas condiciones. Foto: Archivo/ CARBURANDO
No obstante, desequilibrios de la balanza comercial en los últimos años motivaron al Gobierno Nacional a restringir las importaciones de ciertos bienes, entre ellos los automotores, con lo cual se redujo la oferta y se incrementó su precio.
La compleja situación económica de los últimos dos años también hizo su contribución: en la actualidad hay menos autos nuevos disponibles en los concesionarios pero también hay menos compradores.
Pero más allá de los vaivenes de la economía, la movilidad sigue siendo una necesidad urgente para muchas personas. Por ello, el mercado de autos de segunda mano ha cobrado una especial relevancia, pues muchos de quienes por uno u otro motivo no pueden comprar un vehículo nuevo, ven al usado como la alternativa lógica.
Esta situación ha dado un fuerte impulso al mercado de los autos de medio uso en años recientes, pues se han incorporado nuevos canales para la compraventa en los que la tecnología desempeña un papel muy importante.
Los usados de concesionarios y patios suelen pasar por revisiones mecánicas exhaustivas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Hace relativamente poco tiempo, la compra y venta de vehículos usados se limitaba a tres canales tradicionales: avisos clasificados en los periódicos de mayor circulación, las ferias que se llevan a cabo prácticamente en todas las ciudades, y los establecimientos dedicados a ese negocio, popularmente conocidos como patios.
En el momento en que una mayor cantidad de usuarios volteó su atención hacia los vehículos de medio uso, los distribuidores de autos nuevos también lo hicieron, pues comprendieron que ahí había una interesante oportunidad de negocio, dada la coyuntura.
Tal es así que hoy en día prácticamente todos los concesionarios automovilísticos manejan una división de vehículos de segunda mano como un negocio paralelo. En varios casos una buena parte de los modelos que componen esa línea corresponde a los que reciben como parte de pago de unidades nuevas, pero también suelen adquirir vehículos a terceros para mantener sus inventarios.
Cada establecimiento comercial suele establecer sus propias políticas respecto del tipo de vehículos que negocia, antigüedad, kilometraje máximo o algún otro tipo de especificidad en función del giro que desee dar a su actividad.
La coyuntura económica del país dio impulso a los autos de segunda mano. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
Además, varios ofrecen alternativas de financiamiento a los clientes con el fin de facilitar el proceso de adquisición de vehículos.
Sin embargo, no hay que perder de vista que el mercado de autos usados está estrechamente ligado al de autos nuevos, pues de la constante renovación de unidades depende la disponibilidad de modelos para cambio de propietarios.
El reciente anuncio de la eliminación de los cupos a las importaciones de vehículos a partir del próximo año podría cambiar el actual panorama del mercado de autos de medio uso. Pero se estima que el mercado automotor se autorregulará en función de las posibilidades de acceso de los clientes.