Lionel Messi (izq.), del Barcelona, cae ante la marca de Toni Kroos del Real Madrid. Foto: AFP
Ni siquiera comenzó la nueva temporada de la Liga española, pero decir que el Barcelona se encuentra en crisis difícilmente suene a exageración.
El conjunto azulgrana es un equipo sin reacción dentro y fuera de la cancha. El verano negro del Barcelona sumó un nuevo capítulo en el Santiago Bernabéu, donde el Real Madrid aplastó a su rival con una superioridad pocas veces vista, sobre todo en la primera etapa, para conquistar con absoluta autoridad la Supercopa del fútbol español.
Fue un 2-0 (para un global de 5-1), pero la diferencia pudo haber sido mucho mayor si el conjunto local no hubiera levantado el pie del acelerador en el segundo tiempo.
Sin Cristiano Ronaldo, sin Gareth Bale, sin Isco y sin Casemiro, el conjunto dirigido por Zinedine Zidane exhibió el mundo que lo separa en estos momentos del Barcelona de Ernesto Valderde.
El nuevo técnico azulgrana, que siguió el partido con las manos en los bolsillos y casi sin pronunciar palabra, cuenta por derrotas sus dos primeros partidos oficiales en el club. Y ambas ante el eterno rival, un Real Madrid que sigue por las nubes y hoy disfrutó con una nueva exhibición en la Supercopa. El experimento de Valverde de jugar con una línea defensiva de tres fracasó rotundamente.
Gerard Piqué, quien debió retirarse en el inicio de la segunda parte, Samuel Umtiti y Javier Mascherano lucieron descordinados y sufrieron una enormidaden cada arranque de los imparables Marco Asensio y Karim Benzema.
Pero las señales que ofreció el resto del equipo no fueron mejores. Frustrado y cabizbajo por momentos, Lionel Messi no pudo en ningún momento encontrar respuestas. El argentino ya no tiene de socio a Neymar, esa ausencia onmnipresente que sigue sobrevolando en el equipo.
La salida del brasileño al Paris Saint-Germain (PSG) supuso un golpe del que aún no se recupera la institución. El equipo luce perdido en el campo y la directiva no puede conseguir todavía un fichaje que devuelvala ilusión. Y lo sucedido hoy seguramente eleve en unos cuantos millones las exigencias del Liverpool por Coutinho. Los 220 millones de euros embolsados por la rescisión de Neymar son ya a estas alturas un paradójicoproblema para el Barcelona.Los rivales lo saben y aumentan sus exigencias mientras en el club azulgrana crecen las críticas internas y avanza una moción de censura contra su presidente,Josep MariaBartomeu.
Lejos están quedando las épocas en las que el Barcelona intimidaba cada vez que pisaba el Bernabéu. El público madridista vivió hoy una noche de fiesta total. El “Ole, Ole” y “Así gana el Madrid” retumbaronen la cálida noche de verano en la capital española. Ni siquiera el insólito horario del encuentro, que comenzó a las 23:00 horas del miércoles y terminó en las primeras horas del jueves, empañaron el festejo. A cuatro días de su debut en la Liga española el domingo ante el Betis, el Barcelona necesita un golpe de efecto urgente. Sino, todo indica que deberá resignarse a volver a mirar por detrás al Real Madrid esta temporada.