Álex Quiñónez retomó las prácticas, ahora en Quito

Álex Quiñónez se entrena con la meta de retornar a la élite del atletismo mundial.

Álex Quiñónez se entrena con la meta de retornar a la élite del atletismo mundial.

Álex Quiñónez se entrena con la meta de retornar a la élite del atletismo mundial. Foto: Manuel Quizhpe/EL COMERCIO

Hace un mes, Álex Quiñónez volvió a los entrenamientos, esta vez en Quito. No se sabe hasta cuándo. Su preparación, desde el 2013, ha sido inestable por sus constantes retiros. En octubre del 2015, en Perú, corrió por última vez en una prueba oficial.

El atleta estuvo en Cuenca, dos semanas atrás, para observar las competencias del Gran Prix Internacional Richard Boroto, que se cumplió en el estadio atlético Jefferson Pérez. Sus pruebas favoritas: los 100 y 200 metros planos, las siguió con principal atención.

Su coterráneo, el esmeraldeño Jhon Valencia, ganó en ambas distancias. Quiñónez no dejó de apoyarlo y aplaudirlo. Incluso, al final de la primera jornada, el finalista de los 200 metros en los Juegos Olímpicos en Londres 2012 se acercó a las mallas para felicitarlo. No ocultó su nostalgia por estar ausente de la carrera.

Su retorno tiene como protagonista a Marizol Landázuri, atleta olímpica y múltiple medallista internacional. Ella le ofreció vivienda y alimentación para que emigrara a Quito. “Marizol me dio ánimos para que regresara, igual Ángela Tenorio. Me pidieron que no me alejara del atletismo”.

Quiñónez ahora se entrena con el cubano Nelson Gutiérrez, estratega de Landázuri y de Tenorio. “La decisión de ir a Quito es por muchas cosas que han pasado, sentí que pisé fondo, quiero sobresalir. Esmeraldas es mi tierra, la quiero mucho, pero tuve que emigrar”.

Según Gutiérrez, “Álex está asistiendo sistemáticamente todos los días y con una disciplina excelente”. Además, aseguró que la meta es recuperarlo íntegramente, en su proceso físico y cognoscitivo. La idea es llevarlo nuevamente a la élite mundial. “Todo va a depender de él, de su voluntad”.

El atleta de 27 años perdió protagonismo tras terminar séptimo en los Juegos Olímpicos de Londres. El 2013 fue semifinalista en el Mundial de Rusia y ganó una medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de Perú. El 2014 obtuvo una presea de plata en los Juegos Sudamericanos de Chile.

En mayo del 2015 se quedó sin entrenadora: la cubana Yosvania Molina abandonó el país y se radicó en Miami, Estados Unidos. Dos meses después quedó eliminado en las semifinales de los Juegos Panamericanos en Canadá. Un mes más tarde, en Pekín, tuvo una salida en falso y fue descalificado en la prueba de los 200 metros del Campeonato Mundial de Atletismo.

En la actualidad, el campeón sudamericano de los 100 y 200 metros planos está en la etapa de preparación general. “He comenzado de cero, como un novato, tengo que esforzarme al máximo para recobrar mi nivel de antes”. La lucha diaria será por retomar sus tiempos.

El velocista pone énfasis en el respaldo de la atleta guayasense. “Marizol Landázuri me invitó a quedarme en su casa, tengo el apoyo de mucha gente”. Él quiere aprovechar esta nueva oportunidad que tiene para volver a ser un atleta de ­alto rendimiento.

Quiñónez recordó que tres ministros del Deporte, que estuvieron en su momento, intentaron apoyarlo. Con la última que se reunió fue con Pamela Morcillo.

El esmeraldeño está consciente de sus errores cometidos, como dejar de entrenarse sin justificaciones. “Muchas cosas fueron por mi culpa, no lo niego, acepto mi responsabilidad”. Él aseguró que ahora su mentalidad es diferente, porque se ha recuperado de una etapa difícil en su vida.

Desde mediados de noviembre del 2015 dejó de entrenarse de manera sistemática y se ausentó de las competencias. Se dedicó a diferentes actividades como trabajar en la construcción y en un taller mecánico de motos, entre otras, para mantener a su familia.

“Yo siento que sí toque fondo, porque cuando necesité ayuda casi nadie estuvo conmigo. La situación fue crítica, dolorosa, lloré al verla enferma a mi hija Alexia, sin poder ayudar a mi mamá, yo quería solucionar todo. Ahora quiero hacer las cosas bien”.

Quiñónez, de cumplir su promesa de entrenarse sistemática y disciplinadamente, espera reaparecer en los Juegos Bolivarianos de noviembre próximo en Colombia. Él anticipó que, “hay Álex Quiñónez para rato, seguiré luchando contra viento y marea”.

Por sus retiros constantes, el atleta está lejos de sus mejores marcas: 10,09 y 20,28, en las pruebas de 100 y 200 metros. Para los Bolivarianos requiere cronometrar 10,40 y 20,90, en ese orden. Él tiene la posibilidad de entrenarse en Cuenca.

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