Para agosto próximo, el Ejecutivo debe someter a consideración de la Asamblea Nacional el proyecto de Presupuesto del Estado, para el presente ejercicio, en sustitución del que viene aplicándose, en cuyo momento tendrá que tomar decisiones importantes en materia financiera, a fin de conciliar el crecimiento del gasto público con el desequilibrio fiscal y la estabilidad macroeconómica.
Según expertos internacionales, el gasto gubernamental debería reducirse, al menos, en USD 10 000 millones para que éste baje de alrededor del 40% del PIB a no más del 30% y ni siquiera en un año sino en tres, porque los ajustes abruptos, según se destaca, empeorarían la situación en el corto plazo. Pero ahí, es cuando se complica la situación fiscal porque el Presidente buscará la forma de atender, siquiera algunos de los 32 compromisos de campaña como la creación de 44 universidades, 350 institutos técnicos y varios institutos propedéuticos “gratuitos”, solo para mencionar las inversiones en educación que estarían pendientes.
Esperemos que sus asesores le orienten bien al Presidente en materia tan compleja y opuesta, pues, la una alternativa es política y la otra técnica. La primera recibirá el aplauso de sus compañeros de partido. La segunda el aplauso de la oposición, con lo cual definirá su posesión respecto al futuro del país.