El término ‘ismo’, según el diccionario “es un sufijo greco-latino. Que unido a un sustantivo común o propio indica tendencia; actitudes, aptitudes, doctrinas, partidos, sistemas de gobierno”. La humanidad se desenvuelve dentro de tres estructuras o marcos indispensables para el desarrollo temporal y espiritual; estos son: político, económico y religioso, los tres van en busca del poder. Hablar de política es cosa seria porque es el marco más importante que ejecuta el hombre para sobrevivir en un mundo lleno de dificultades, de este eje prácticamente depende el progreso o el fracaso de los pueblos.
Desde la división del trabajo surgen los modos de producción y los sistemas de dominación: esclavismo, feudalismo, capitalismo mercantil, industrial, financiero, sistema comunista, economía mixta de mercado, socialismo, todos han servido para enriquecer a unos pocos y empobrecer a la mayoría. Un buen líder o lideresa es lo que el mundo pide a gritos frente a la decadencia moral por la pérdida de valores. Nadie es perfecto, pero el sabio va en busca de la perfección y esto significa que a mayor conocimiento y preparación debemos actuar con justicia, honestidad y diligencia.
La derrota puede venir en cualquier momento, es mejor rectificar de inmediato pero desde arriba hacia abajo, es increíble cómo lo que hace la cúpula influye en las actitudes de las masas. Creo que la mayoría de críticos coinciden en que urge eliminar, al menos, dos ismos: el caciquismo y el nepotismo, debilidad de la mayoría de tendencias políticas. Con el resultado de la consulta propuesta por el presidente Moreno ganó el pueblo y lo más lógico es sanear las cosas porque los ecuatorianos no queremos más corrupción. Latinoamérica debería decir adiós a este ‘ismo’ porque a nombre de la revolución han destruido la democracia y ha manchado el nombre de Bolívar y de Alfaro que sí lucharon por la libertad.