Con estupor e indignación nos enteramos de la impunidad que el Consejo de Administración Legislativa (CAL) ha consagrado a favor del ex Ministro Augusto Espinosa, archivando el juicio político propuesto por la Asambleísta Jeanine Cruz (CREO), quien lo acusa de no investigar ni sancionar los múltiples casos de abusos sexuales sufridos por niños en los establecimientos educativos y que han escandalizado al Ecuador. El CAL, convertido en la nueva Comisión de Archivo, impide dicho juicio político pese a las abundantes pruebas en contra del Ex Ministro.
El CAL, vale recordarlo, no tiene facultades para calificar la naturaleza de un juicio político y lo único que debe hacer es verificar el cumplimiento de las formalidades que debe cumplir un juicio político. Ya pretendió proteger a Glas pero la justicia ordinaria se está encargando de juzgarlo.
Pero tan condenable como lo resuelto por el CAL es el ominoso silencio de los Asambleístas de oposición, con mayor razón de aquellos que dentro del CAL dicen ser de oposición. Es una vergüenza que la Función Legislativa haya descendido tan bajo, cuando el país espera que en ejercicio de sus derechos constitucionales, los parlamentarios se conviertan en auténticos guardianes del orden público y sancionen a quienes como Augusto Espinosa, reconocieron su responsabilidad pero se escudan en disposiciones secundarias para pasear su impunidad. Es mas, la omisión Especializada AAMPETRA concluyó -como lo dice EL COMERCIO en su edición de hoy- que el ex Ministro Espinosa “incumplió con el seguimiento de los casos de abuso sexual que se presentaron durante su gestión, tal como lo expuso la Presidenta de esa Comisión Silvia Salgado”. A pesar de eso, el CAL obró no solo contra ley expresa sino contra natura.