La Corte Penal Internacional es un tribunal supranacional cuya misión es juzgar a las personas acusadas de cometer crímenes de genocidio, de guerra y de lesa humanidad. Crimen de lesa humanidad o contra la humanidad según el Estatuto de Roma en que se basa la Corte es todo aquel acto tipificado como asesinato, exterminio, esclavitud, deportación, encarcelamiento, tortura, violación, persecución, desaparición forzada de personas y otros actos inhumanos que intencionadamente causen sufrimientos o atenten contra la integridad física o la salud mental. Todos son imprescriptibles.
El gobierno dictatorial y despótico de Maduro disfrazado de una aparente y falsa legalidad ha incurrido en algunas conductas que podrían tipificar los denominados crímenes de lesa humanidad, que lo demuestran en un elevado número de personas asesinadas presuntamente por los organismos de represión, en su mayoría opositores políticos a ese régimen, así como una gran cantidad de heridos, y presos que han sido sistemáticamente torturados.
Maduro utilizó ilegalmente a sus tribunales militares para el juzgamiento a civiles detenidos de manera inconstitucional. Venezuela es el país con la mayor inflación del mundo, con unos de los salarios básicos más bajos, con un elevado índice de desnutrición infantil, con un déficit de falta de alimentos medicinas, hambre y miseria, con una tasa alarmante de homicidios que lo convierten en uno de los países más inseguros a nivel mundial. El inhumano gobierno se opone a la apertura de un canal humanitario, para que las naciones dispuestas ayudar ingresen productos vitales para la supervivencia de ese sufrido y martirizado pueblo.
En días pasados la Fiscalía de la Corte Penal Internacional inició una investigación sobre las múltiples denuncias de los delitos de lesa humanidad contra Maduro y su gobierno y es de esperar que la justicia internacional sancione estos delitos y a sus responsables para que no queden en la impunidad, no debe haber nunca perdón ni olvido.